lunes, 19 de marzo de 2012

Bailando va

Hace algo más de un mes que volví. Volví a mi vida normal, volví a mi ciudad, volví a mis proyectos, esos que me entretienen, mientras la vida transcurre sigilosa y escurridiza frente a mí.
Y aquí estoy, sentado en mi casa, frente al computador, intentando… no se que, tal vez hilvanar un tejido de historias y vivencias con el fin de extraer el dulce néctar de este camino, de darle un sentido a este sinfín de experiencias enredadas, para tratar de descubrir un poco de que se trata esto de vivir.
El viaje pasó y dejó mucho paño. Paño para medir, cortar y armar algo así como un traje a medida, para usar en cada ocasión que sea necesaria, cada vez que la vida me recuerde que este es un viaje de aprendizaje, solo eso.
No pretendo para nada relatar en este momento lo que hice, donde estuve o que comí, sino solo dejar un par de palabras bailando, para que cada uno que las lea y las ordene a su parecer.
Es propicio resaltar lo profundo que unas simples palabras pueden recalar. Y lo que un mero punto de vista puede despertar en otros, a veces una leve polvareda, a veces hasta tormentas de arenas. Acá encuentro el punto más satisfactorio de esta tarea, lo más delicioso que puede regresar, una mirada, una sonrisa, unas palabras o un abrazo. Simple como eso.
Tantas personas, tantas emociones, tantos escenarios y tantos sucesos conjugados en un lapso de tiempo tan efímero, me dejan por delante un camino lleno de aprendizaje, abriendo nuevos senderos por recorrer. Esto me deja conforme, el hecho de saberme en búsqueda, sin quedar varado como una de las muchas boyas que flotan en el mar, movidas por las corrientes y los vientos, mas sin saber dónde ir.
Abrazos del alma!

sábado, 21 de enero de 2012

Viaje de ida, sin vuelta

Hechado sobre las blancas arenas, contemplaba las espesas nubes que surcaban el cielo azul de Cabo Frio, cuando caí en la cuenta que el nombre de este blog era sencillamente perfecto
Quiza sea hora de explicar un poco el porque de esto. Algunos deben de haberse dado cuenta que se trata de una estrofa de una cancion muy bella. Si, es verdad, pero tambien simboliza muchas otras cosas. Cuando pense un nombre aparecio esa frase en mi cabeza. El cielo como simbolo de libertad, de busqueda, de encuentro. El mar como el mas firme representante de Brasil, de su cultura, de sus costumbres.
Tengo que remarcar también la dificultad de encontrar el espacio y el tiempo necesario para poner en palabras algunas vivencias, experiencias, sentimientos e historias.
Voy a tratar de ordenarme para poner los hechos segun un orden cronologico, aunque no creo que pueda.
Es correcto entonces comentar que hace unos 10 o 15 dias, estoy trabajando en la recepción de una pousada muy linda, calificada no se por quien como 4 estrellas. Asi, deje la pintura de lado para comenzar algo diferente, algo que en lo que iba a tener que aprender bastante ya que poco y nada sabia de hoteleria. Por suerte no hizo falta ni presentar el curriculum, mis ganas de trabajar fueron suficientes para convercer al gerente en una charla de 15 minutos (en portugues).
Fue así que comencé como aprendiz a manejar todas las variables que suceden en un hotel de tal magnitud y aprender a veces ante el enojo de algun que otro huesped apurado por llegar temprano a casa.
Luego de uno días y ante la urgencia de reemplazar a otro muchacho, fui asignado al turno noche en el cual me desempeño cada vez que la luna copa el cielo de Buzios. Cumplo el horario de 11 de la noche hasta las 7 de la mañana, lo cual me permite tener el dia libre y poder disfrutar de las bondades del lugar. Aunque por otro lado mi vida nocturna se reduce a los miercoles que tengo folga (franco). Asi y todo estoy contento, puedo dormir un par de horitas en el hotel de madrugada, y las que faltan las completo en casa o en la playa.
Hablando de casa, sigo compartiendo hogar con Leona, aunque a esta altura ya más que un huesped, somos grandes amigos y nos divertimos mucho. En este momento en la casa vivimos Leona con Oscar, 3 mendocinos (la nueva incorporacion merece un parrafo aparte), un colombiano (ya apodado shakiro), un nieto adolescente brasilero de Leona y de vez en cuando duerme alguien mas. La verdad es que es muy dificil aburrirse ( sin contar que en la heladera nunca faltan las latitas de cerveza y el dulce de coco)
Retomando un poco el tema del trabajo, salir a las 7 de la mañana me ha abierto un mundo hasta ahora desconocido y que es la esencia de Buzios. Algunos dias llego 7 y media a casa, deja la mochila y me voy a caminar, correr y bañarme en las desoladas playas (dificil es describir el placer de estar solo en el agua a esas horas). En cuanto a la esencia me refiero a los pescadores, que llegan a esas horas con las redes llenas de peixes para abastecer el pueblo.
La verdad es un espectáculo digno de conocer. Ver llegar las barquitas a la arena, esas barquitas de lata y madera que con traen los vestigios de lo que alguna vez fue una villa de pescadores y gente simple. Con retasos de pinturas en sus cascos y remos de madera, llegan los verdaderos forjadores de un pueblo que nacio basado en la pesca. Es todo un evento lleno de magia, ver sacar uno por uno los pescados de la red, las señoras del pueblo que llegan a comprar el producto bien fresco, la gente que ayuda a cambio de algun que otro pescadito y las gaviotas que esperan pacientemente a un costadito que les arrojen alguna sobra del botin.
Entre toda esa magia, me toco vivir algo muy gracioso. Hace unos dias me habia escrito el Negro Roque Chiliguay, (el mismo que se robaba los diarios del barrio santa ana los domingos en la mañana), un amigo de la vida que estaba en Recife, 2000 km más al norte recorriendo Brasil. Yo le respondí que estaba en Buzios trabajando, le di una calle como referencia (rua brava). Le dije que me avisara si le pintaba venirse, tal vez lo podia ayudar.
Resulta que 2 dias despues, me disponia a salir del trabajo tipo 7 y media de la mañana, como siempre tengo unos 15 min de caminata desde el hotel bordeando los morros hasta llegar a la rua brava, donde vivo a la vuelta de dicha calle. Cansado, con el sol pegandome en la espalda y saludando a algún que otro vecino que salen a trabajar, escuché una voz que me decía: Asi no nos vamos a encontrar nunca loco.. Estaba el negro sentado en la puerta de una verduleria, a esa hora cerrada. Sorprendido, nos reimos y abrazamos. Asi, el negro se vino a vivir conmigo
Gracioso resulta cuando pienso que en menos de 1 mes, he tenido vários trabajos. A la pintura y al hotel, tengo que agregarle la fotografía. Un día consegui salir en un barquito de escuna con el proposito de sacarle fotos a los turistas y luego venderselas en un cd. Tengo que admitir que era buen dinero, pero la verdad no pude jugar en contra de mis ideales, lo intente pero no pude. Esos barquitos llenos de turistas, casi todos de cruceros, intentando conocer Buzios en 6 horas, comprando cualquier producto por más vacío que fuera (como el mismo cd), me hizo reflexionar um poco justamente de por que estaba aca, y darle mayor solidez a mis fundamentos.
Asi como no pude com las fotos, con el negro nos embarcamos en un negocio mas casero. Divagando sobre como hacer um dinerillo, nos decidimos a comprar muchas clases de frutas, uma heladerita de tergopol, unos descartables e hicimos la ensalada de frutas más gustosa que haya probado. Mañana em la mañana saldremos con Roque a vender en algunos lugares que tenemos estudiado. La próxima les cuento como nos fue.
Me despido hasta la próxima, extrañando a a aquellas amistades con las cuales la vida se hace mas linda.
Abrazos del alma!

lunes, 2 de enero de 2012









começando a viver Buzios

No lo voy a negar, fueron días difíciles. Venir a Brasil a buscar libertad, naturaleza, mar, experiencias, no era tan fácil como parecía.
Antes de comenzar una experiencia de este tipo, uno, para mal o para bien, crea y genera expectativas, piensa, sueña, planifica. Estos planes a veces pueden cumplirse, otras no. Y así fue, a pesar de haber intentado prevenir lo que tal vez pudiera suceder, las sorpresas de un viaje de este calibre pueden sobrepasar todo lo planificado, lo imaginado…
Cuando se inicia un viaje con un compañero y se pierde ese sostén, da sensación de vacío, de soledad, en otro país, con otra lengua, otras costumbres y otra cultura, siendo la única salida reestructurar los planes de viaje, barajar y dar de nuevo literalmente.
Ese tiempo que se invierte en volver a crear un escenario que nos refugie del amenazante entorno desconocido, no es del todo simpático. Desorientación, preocupación, angustia se hacen presentes para complicar el panorama. Por suerte los deseos de salir de tal situación y volver al ruedo son más fuertes.
Fue así que luego de una navidad de hostel (el que haya pasado alguna fiesta en un hostel entenderá de que hablo), me encontré solo. A mi alrededor gente, la mayoría en búsqueda de un falso paraíso, con la ilusión de que la aduana brasilera confisque y retenga sus angustias, y en el cálido mar se diluyan sus problemas que no fueron solucionados anteriormente. Obvio que esta metáfora es ilusoria, como quien huye de su lugar de origen para escapar de su agobiante situación, logrando solo transportar su angustia en clase turista o en un confortable semicama.
Entre todo este “barulho”, decidí quedarme en Buzios, al no recibir respuestas de un bar en Trindade y al caer en cuenta de que mal que mal, en el poco tiempo que había estado aquí, había forjado algunos lazos. Cuando se está solo en otro lado, cualquier amistad se valora mucho.
Bueno, dejando un poco de lado esto, en el hostel me encontré con un mendocino, Bruno, con el cual decidimos buscar alquiler en conjunto, viendo los altos costos de alquiler y vida de Buzios. Esta búsqueda se torno complicada. Aquí hay 2 fechas anuales que son sumamente turísticas, carnaval y reveillón (año nuevo). Los precios en estos días se disparan increíblemente, como si quisiéramos alquilar un piso en Abu Dabhi. Por suerte llegamos a un lugar especial, como si el destino estuviera ya escrito (en realidad lo está)
Luego de varios días de fallida búsqueda, gracias a un dato de un amigo argentino llegamos a la casa de LEONA, lo pongo en mayúscula para que vallan imaginándosela. Leona es una mujer de unos 55 años, montevideana, que reside en Buzios hace más de 30 años. Uno espera encontrar personajes en un viaje, pero la realidad vuelve a superar a la imaginación. Ella es masajista naturista y recepcionista de un show de Samba de garotas­ en un restaurante. Llegamos hasta su casa y nos atendió en bata, con una sopita de verduras en manos, nos mostro su casa y nos “alquilo” una pieza de su casa. De ahí en más, pasamos a ser miembros plenos de su artística morada (con esto me refiero a ser integrantes nuevos de la familia, con derecho a estar tirados en el sofá y de cocinar sin lavar jaja). La verdad me despiertan admiración, por abrir sus puertas a extraños y permitir compartir con ellos, compartir cenas, almuerzos, su espacio y su vida. Hay mucho para aprender. Leona vive con su marido, Oscar, un pintor oriundo de Posadas, Misiones, muy gracioso y particular, un personaje. Fue así que luego de esos días inestables, comenzamos una nueva etapa en el viaje.
Y llego año nuevo. Decidimos pasar “o ano novo” con Leona y Oscar en su casa. A los días de sándwiches de atún y tomate les dimos la despedida, agradeciendo con el alma la llegada de una exquisita comida india llamada Moqueca (una especie de cazuela de mariscos). Raro es sentirse en casa a tantos kilómetros y con gente recién conocida, pero es lo que sentí, al brindar el 31 a la noche en la praia do canto bajo la lluvia y los fuegos artificiales.
El lugar sin dudas es mágico. Hace 3 días que llueve sin cesar, pero bue, son cosas que pasan.
Sus playas no dejan de sorprender. Peces multicolores y hasta algunas tortugas marinas te acompañan mientras nadas y flotas en estas “piletas” de aguas verdes claras, arenas color crema y palmeras con cocos colgando. Realmente es impresionante el lugar. Obviamente la boludez humana no puede estar ausente, siendo el centro de diversión de toda la clase alta de Rio de Janeiro, que se pasean en sus autos de lujo gritando por las tranquilas ruas, quitándole un poco de encanto a tan bello escenario.
Trato de no caer preso de acostumbramiento del que somos víctimas todas las personas. Como quien compra su felicidad con un 0 km, y a los 3 meses se queja porque no tiene los asientos de cuero que tiene el 0 km del vecino. Vivir en Buzios es muy especial, cada una de las playas no dejan de sorprender, y mientras se caminan sus calles adoquinadas se siente al calorcito y la humedad casi caribeños. Disfrutar y recordar  esto es esencial, sobre todo cuando las cosas no salen como uno quiere.
Yo, mientras tanto, sigo pintando la casa que está quedando realmente linda, hasta me sorprendo de mi mismo a veces. Sin embargo he tirado varios curriculums y en esta semana espero estar haciendo algo distinto, ya que el trabajo de pintor es pesado, se labura duro y mucho tiempo solo. Leona es una especie de chamana del pueblo, todo el mundo la conoce y nos esta ayuda en todo lo que necesitamos, trabajo, dinero, contactos. Es sin dudas una persona especial, llena de magia.
Por cierto, acaba de llegar a casa ella, contando que mañana vienen a desayunar los de “la vela puerca”, que están de gira en Buzios. No me pregunten cómo, pero bueno así es esto, una caja de sorpresas que no deja de asombrar ni un segundo, solo resta disfrutar y aprender.
Les mando un saludo grande y un excelente 2012, lleno de energía y proyectos por concretar! Particularmente, agradezco porque este año me toma haciendo lo que más quiero, conocer y viajar.
Abrazos de alma para todos!

viernes, 23 de diciembre de 2011

Historias y más...

Tantas cosas sucedieron que no sé por dónde comenzar.
Fueron solo 4 días, que parecieron semanas, no por aburrimiento precisamente, sino por  la cantidad de eventos ocurridos y la vertiginosidad del tiempo.
Elijo empezar por el viaje, es decir el traslado que no fue un tema menor.
Como había contado mi vuelo hacia Rio salió temprano, haciendo una escalita de 2 horas en Santiago. Todo marchaba viento en popa hasta que el señor piloto a cargo, anuncio por los parlantes del avión que este había sufrido un desperfecto en los sistemas de comunicación, por lo tanto el vuelo (con 200 pasajeros) podía correr peligro, sobre todo cuando atravesáramos la selvática área del sur y centro de Brasil. Es por esto que luego de 1 hora y media de vuelo, y ya sobre Córdoba, debimos volver a Santiago y esperar hasta nuevo aviso.
Como los hechos siempre traen consecuencias, este las tuvo y en mi caso particular dio comienzo a las aventuras inesperadas.
Fue así que llegue a Rio de Janeiro a la 1 am, no a las 5 pm como decía el boleto. Por más que parezca un detalle irrelevante, este horario complica al viajero solitario que no tiene  quien lo valla a buscar, ni siquiera alguien que sepas que estas ahí.
En una ciudad con más de 9 millones de habitantes y con un record no muy alentador de más de 2000 favelas en los alrededores, la preocupación llego a mí. Pero había 2 cosas con las cuales no contaba, el idioma, aliado fundamental a la hora de relacionarme con el entorno, por más que no le entendiera una chota al tachero que me quería hacer un citytour a esa hora. Y en segundo lugar el más importante, la gente. Si, así como suena la ayuda de la gente siempre se hace presente en los momentos que hasta el antitranspirante te abandona. Una pareja de recién casados se dirigía a Buzios, obviamente tenían su transfer con apellido escrito en cartelito y todo, lo que representaba para mí una inmejorable oportunidad para "unírmeles" a su luna de miel y así poder llegar a destino.
Luego de varios idas y vueltas y previo "billetin" nos embarcamos a Buzios en una Traffic, la pareja, la conductora donna Junia (que resulto ser muy piola) y yo, llegando a destino a las 4 am (ya el hambre y sueño habían desaparecido). Dejamos a la pareja en su pousada 5 estrellas y volvieron las dudas cuando la donna se prendió un cigarro y me miro como diciendo: y vos qué onda?
Nos reímos un rato y luego me dejo en una estación de servicio en el centro con mis bolsos. Antes de partir me pregunto si tenía plata para comer algo, a lo cual respondí afirmativamente para no preocuparla, aunque no tenía un solo real.
Viendo el panorama me dedique a observar detalladamente cada objeto, hasta que unos 30 min. Después el sueño retorno. Luego de intentar dormir en una parada de colectivo, me decidí a caminar unas 15 cuadras con equipaje por las desoladas y húmedas calles de Buzios hasta llegar a una playa donde me rendí al cansancio. Deje mis mochilas al lado, saque la mantita de LAN y la almohada inflable, y hasta mañana.
Amanecí en la playa más céntrica de Buzios, con un perro tirado a mi lado (fiel compañero) y los municipales (garotos de 2 mtrs) mirándome sorprendidos, sobreviniendo a esto un sentimiento  mixto de náufrago y vagabundo. Poco me importo, salude a los muchachos, acomode la manta llena de arena y continúe durmiendo hasta que el sol se encargó de darme la bienvenida.
Ya despierto, caminando tipo walking dead y sucio como pocos (pero con el perro), llegue al hostel donde me recibió Lucas. Experiencia digna de contar...
Ya instalado, primer comentario respecto de la naturaleza exuberante del lugar junto con sus aguas cálidas y semi transparentes. Armacao dos Buzios es una península que sale por fuera del continente apenas unido por una delgada línea de tierra, lo que la diferencia de una isla. Como lo preveía, es una ciudad cosmopolita, llena de residentes argentinos, muy turística (más de 600 posadas) y exageradamente cara.
 Tan caro es Buzios que nos llevó a salir a buscar empleo y alquiler inmediatamente. Entre chapuzones al mar y preguntas a la gente, llegamos a un locutorio de la praia de Joao Fernandes, la más top donde nos atendió Jesús, un argentino de unos 65 años, de estatura mediana, bigote blanco y cara de bonachón. Luego de hablar un rato nos comentó que precisaba de 2 personas que lo ayudaran a armar unas cabinas de teléfono y otro a pintar la casa de su hija en Verija (otra playa más alejada). Lucas comenzó a armar las cabinas y a mí me tocó la pintura (agradezco a mi vieja que me haya hecho pintar el living y la cocina hace 2 años) .Así fue como nació la nueva profesión a la cual asisto todas las mañanas hasta las 3 aprox, un rato antes si el jefe no está, para luego ir a praiarla y conocer
Lucas decidió tomar vacaciones y volverse la semana próxima, después de navidad. Yo por ahora sigo con intenciones de continuar viaje, aunque no sé si Buzios es el lugar indicado ya que es demasiado caro, los salarios son realmente bajos y hay poco del Brasil que quiero conocer, por eso evaluare mi partida a otro pueblo costero en estos días, tal vez Paraty.
Mientras sigo pintando, cada vez me amigo más con el rodillo, y conociendo el lugar, que aunque es una ciudad turística, deja entrever en sus rincones barrios y lugares bien brasileros, con supermercados baratos, morros llenos de vegetación y casitas, verdulerías con papaya y mandioca, iglesias evangélicas donde todos cantan y bailan, y calles de adoquines que hacen de este un pueblo realmente hermoso.
Se las sigo pronto con algunas fotitos
Abrazos del alma y felicidades para todos!